Superada la vieja controversia entre un objeto de diseño y no un aparato eléctrico, hoy el papel de los dispositivos que producen luz artificial es indiscutible.
La luz es seguridad, es calidad de vida, un elemento capaz de valorizar el medio ambiente, respetándolo. Y esto gracias a la sensibilidad de productores y “diseñadores”, que han sabido desarrollar productos seguros y fiables, pero a la vez capaces de satisfacer los requisitos fotométricos, lumínicos y medioambientales que exige el mercado y la normativa internacional.
Aspectos sobre los que se juega el juego comercial de los fabricantes y para los que IMQ es capaz de ofrecer un soporte concreto que va desde certificaciones de productos y sistemas, hasta pruebas de rendimiento, eficiencia energética, pruebas mecánicas y medioambientales y mediciones fotométricas.